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jueves, 30 de abril de 2009

Historia de la Romería de Setenil de las Bodegas

  • Doña Filomena Ramírez Salas fue la pionera de la romería en honor a San Isidro Labrador. El Santo llega a Setenil el día 9 de Mayo de 1949 y Doña Filomena siempre decía que ese día se le apareció por la puerta. La primera romería iba a realizarse pero por falta de tiempo no se pudo; en casa de Doña Filomena se le dijo un triduo que fue rezado por Doña Carmen Pérez, un año más tarde fue trasladado a la ermita del Carmen.
  • Las primeras Romerías se celebraron en la Venta de Leche, muchos iban andando y otros en caballos, pues coches no habían. Ya desde el primer año San Isidro iba en una carreta tirada por bueyes. En este día se organizaban rifas, subidas al palo, carreras de saco, carreras de cinta, etc. Desde los primeros años, ya se hizo la Romería conocida en nuestro pueblo y fuera de él. Los primeros años eran tiempos difíciles económicamente y cada uno según sus posibilidades llevaba lo que podía, pues era un día de comer y beber y todo el mundo disfrutaba. Doña Filomena para los más necesitados repartía bocadillos, esta costumbre siguió hasta que todo fue mejorando.
  • Después de la muerte de Doña Filomena la tradición la siguió su hija, Encarnación Villalón Ramírez, y esto fue desde el año 1959, todos estos años también probó hacerlo lo mejor posible ayudada por su hijo Francisco José Porras Villalón y otros más y así seguir con esa tradición y Dios quiera que siga muchos años más. Encarna ya por su avanzada edad, no puede seguir con esa tradición, pero un estupendo grupo de Setenileños al frente de la Hermandad de San Isidro Labrador, sigue esta costumbre que con mucho trabajo y sacrificio, nos permitirán ver una Romería de San Isidro Labrador cada vez mejor.
  • Al año siguiente se tenía que buscar una carreta idónea para San Isidro. Se buscó, se encontró y se restauró, todo ello con mucho esfuerzo y separando muchas barreras. Para la Romería venidera había que corregir errores y esa carreta tenía que ser tirada por bueyes, para evitar sobresaltos y los perjuicios provocados en el año anterior. Pudieron contar aquel año con la yunta de ‘‘Don Torcuato’’ y con los sones de ‘‘José Manuel el Tamboril de Coria’’. La carreta de San Isidro, ese año destacó por su originalidad, por su templete, por sus flores, por sus ruedas y en definitiva por su sencillez.

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